Por Joseph Mac Lean
En 1993, la revista Vanidades comentaba (tengo el ejemplar ante mis ojos y copio de forma textual): "Dicen que el final de los libros, tal y como los conocemos ahora, está muy cerca. Según los científicos, en un futuro no muy lejano los volúmenes de papel serán sustituidos por pequeñas fichas de celuloide o discos, que podrán ser leídos al colocarse en computadoras portátiles. Por eso, algunas personas ya han comenzado a coleccionar libros, porque según ellos, dentro de poco serán una antigüedad". Interesante vaticinio, aunque no cumplido del todo, ¿verdad?
Hoy por hoy, por todo el mundo, se llevan a cabo en ciudad tras ciudad inmensas ferias del libro con marcado éxito cada año. Aquí en el Perú las tres más importantes ferias de libros que se realizan en Lima, la capital (una en el cono norte, otra -en un recinto distinto cada cierto tiempo- llamada la "Feria del Libro", que se repite en varias versiones más pequeñas en otras ciudades del interior del país, y, finalmente, al cierre de cada año, en Miraflores, un distinguido distrito limeño, se presenta la "Feria Ricardo Palma"). En todas ellas, se cubren todos los géneros literarios, se ofrecen nuevas (y viejas) obras, asisten escritores de fama nacional e internacional, que brindan conferencias, dialogan con el público, estampan dedicatorias en ibros originales, se dejan fotografiar, etc. La asistencia de público es masiva y las ventas son cuantiosas.
La industria editorial, a puertas del 2010, está más fuerte que nunca. Los temores del pasado, han casi desaparecido, y ni siquiera la crisis financiera mundial ha mermado su crecimiento. El interés por la lectura del libro tradicional va creciendo en país tras país. Incluso, los recientemente alfabetizados en América Latina y el África, demandan de una mayor producción literaria. La apertura hacia el capitalismo en China, Vietnam y en los países de Europa Oriental, incluso algunos de amplia influencia islámica, convierte a esos países en un mercado apetecible para las grandes corporaciones editoriales.
Por eso, no se quede a la zaga. Visite una de las tantas librerías que hay en Lima, o en su ciudad. La mayoría está bien surtida. No se contente con visitar los sitios en línea (onine), sino camine por los pasillos, hojee los libros con sus propias manos. Algunas buenas librerías tienen el servicio de "pedidos especiales", es decir le pueden conseguir una obra escasa o de antigua impresión, así no la tengan en su inventario. La sección LIBROS de los hipermercados Wong y Metro son también una opción viable, en especial debido a las buenas ofertas que hacen con regularidad (2x1, o 3x2, por ejemplo).
Si no puede pagar los, a veces, prohibitivos precios de una edición nueva, camine por los alrededores de los jirones Quilca y Camaná, en pleno centro de Lima y hallará, estoy seguro, verdaderas joyas de la literatura universal a muy bajo costo y en muy buen estado. Personalmente, entre Feria y Feria, y tan habitualmente como me es posible, recorro cada una de las librerías de esa zona, o voy a la Feria del Libro Amazonas, al final de la Av. Abancay. Estoy convencido que no se arrepentirá. En 2008, mediante ese medio adquirí un total de 72 novelas, en muy buen estado que ya no se encuentran en librerías, a un precio muy asequible.
Por supuesto, dependiendo de su conciencia y apego a la ley, en Lima (lamentablemente para unos, una bendición para otros) abundan los libros "copia" (eufemismo para 'pirata'), de todos los géneros literarios imaginables, de diversa calidad y precio (pero siempre muchísimo más barato que un original). Algunos escritores y artistas llegan incluso hasta a "ofenderse", o al menos sorprenderse o preocuparse, cuando su obra no es "pirateada"... cosas del folclore e idiosincracia peruanos. Pero, legal o no, moral o no, es una buena muestra de que los peruanos si desean leer, pero la economía es un limitante.
Así, que porque no sale a pasear regularmente con su familia y recorre de vez en cuando las librería de su zona, o viene de visita exclusivamente a las cómodas librerías de Lima, o de su ciudad. Hágalo tan regularmente como sea posible y su presupuesto se lo permita. Pero, la inversión en tiempo y dinero redundará en inmensos y perdurables beneficios para usted y su familia. No olvide, de vez en cuando, regalar algún libro a sus amistades y parientes... siempre es un regalo perdurable.
Para finalizar, algunas agencias de viajes se especializan en visitas bibliográficas, al preparar paquetes turísticos a bibliotecas, ferias y los afamados 'mercados pulga' que existen en muchas ciudades, donde se pueden adquirir incluso incunables a precios irrisorios. Si piensa viajar a Buenos Aires, Río de Janeiro, Ciudad de México, Bogotá, Medellín, o cualquier ciudad norteamericana o europea, no deje de visitar sus abundantes librerías o bibliotecas. Estoy seguro que no lo lamentará.