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martes, 1 de septiembre de 2009

Cafeína favorece la concentración



Un grupo de investigadores de la Universidad española de Barcelona y del Instituto de Investigaciones Biomédicas Pi i Sunyer estudiaron los efectos del consumo moderado de cafeína sobre el funcionamiento del cerebro con resonancia magnética nuclear. Los científicos llegaron a la conclusión de que tomar el equivalente a dos refrescos de cola o un café una hora antes de un examen puede mejorar el rendimiento intelectual.

Más del 90% de los europeos adultos consumen diariamente cafeína en una forma u otra, ya que son conocidos sus efectos como un estimulante suave, aseguran los responsables del estudio.
Entre otras aptitudes, midieron la velocidad de procesamiento de la información, la destreza manual, la capacidad visual y espacial, la memoria inmediata y la atención sostenida de un grupo de jóvenes universitarios de entre 18 y 25 años. Según los primeros resultados, aquellos que ingirieron conjuntamente cafeína y glucosa tuvieron un patrón de activación cerebral diferente al resto.

Para rendir igual que los sujetos de los otros grupos que únicamente tomaron agua, agua con glucosa o agua con cafeína, quienes tomaron cafeína y glucosa requirieron menor activación cerebral para ejecutar una tarea de atención, lo que puede ser interpretado como un mecanismo de facilitación del rendimiento intelectual.

Estudios previos ya habían constatado este efecto beneficioso con dosis bajas de cafeína, mientras que el consumo de dosis excesivamente altas de cafeína (más de 500 mg) se asocia con estados anímicos de ansiedad y un exceso de estimulación. "Son diversos los efectos que la cafeína puede ejercer sobre el sistema nervioso central cuando se consume en cantidades bajas o moderadas. Así, aumenta el estado de alerta y reduce la fatiga, especialmente en situaciones de cansancio o bajo grado de alerta", afirmó la doctora Ana Adán, una de las coordinadoras del trabajo.

La cafeína también aumenta el rendimiento en tareas de vigilancia, en tareas simples que requieren respuestas sostenidas, así como en tareas que requieren movimientos precisos. "En contraste, cuando se deja de consumir, los perjuicios sobre el rendimiento son escasos y de poca magnitud. Existe a menudo un incremento en las percepciones de estado de ánimo negativo que sigue a la retirada del consumo de cafeína, aunque dichos efectos pueden estar más relacionados con las expectativas de los consumidores que con la propia privación", agregó Adan.

Otra de las cuestiones principales del estudio era fijar los límites para el consumo responsable.
La dosis más habitual que seleccionan las investigaciones es la de 200 miligramos, que corresponde aproximadamente a 2-3 cafés ó 5-6 refrescos de cola de 330 mililitros.