Por Joseph Mac Lean
En vista de la importancia que el mar tiene en los procesos biológicos y metereológicos, muchos se preguntan qué significa la expresión "el mar ya no existe" en Revelación (Apocalipsis) 21:1. Muchas personas pensadoras y expertos afirman, con razón, que el mar al que se hace referencia no puede ser el literal, de otro modo, de desaparecer se haría inviable a vida en la Tierra.
Debemos recordar que el libro de Revelación se compone principalmente de "señales" o simbolismos (Revelación 1:1), así que es patente que el mar referido debe ser simbólico. Pero, ¿cómo lo sabemos y qué representa?
Al ver otros usos simbólicos que la Biblia da a la palabra "mar", podemos llegar a una conclusión certera. Veamos sólo unos cuantos ejemplos (busque una concordancia más amplia en su propia Biblia, porque ésta no es una lista exhaustiva):
- ""Arco y jabalina manejan. Son crueles y no mostrarán misericordia. El sonido de ellos (los medos y persas) es como el mar que está bullicioso y montarán como caballos, dispuestos en orden como un solo hombre para guerra contra ti, oh hija de Babilonia" (Jeremías 50:42)
- "El mar ha subido aun sobre Babilonia. Por la multitud de sus olas (las tropas medopersas) ha sido cubierta". (Jeremías 51:42)
- "Los inicuos son como el mar que está siendo agitado, cuando no puede calmarse, cuyas aguas siguen arrojando alga marina y fango" (Isaías 57:20)
- "Ven, te mostraré el juicio sobre la gran ramera, que se sienta sobre muchas aguas...las aguas que viste, donde está sentada la ramera, significan pueblos y muchedumbres y naciones y lengua". (Revelación 17:1, 15)
En vista de lo que leemos en esos versículos, es evidente que el mar que deja de existir, según Revelación 21:1, es la humanidad desobediente que será destruida en Armagedón; es decir, los opositores a la soberanía de Dios, y que el apóstol Pablo, usando otro lenguaje, se refirió en 2 Tesalonicenses 1:6-9: "los que no conocen (o reconocen su soberanía) a Dios y los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús".
Contrario a lo que muchos piensan, el ejecutor designado para esa tarea es el propio Jesucristo quien 'viene desde el cielo con sus poderosos ángeles en fuego llameante'. Aunque, en el imaginario popular, las masas de la humanidad siguen considerando a Jesús como un niñito en un pesebre, o a un hombre martirizado, indefenso, la realidad es que será revelado como el Rey de Reyes y Señor de Señores que es (Revelación 19:16), quien ha recibido toda autoridad en el cielo así como en la tierra (Mateo 28:18), y es sin duda aquél que está sentado en el caballo blanco dirigiendo las huestes celestiales durante la batalla de Armagedón, la gran guerra de Dios el Todopoderoso (Revelación 19;11; 16:14, 16); y así la multitud de personas que no hicieron caso de la advertencia divina (el mar alejado de Dios) perecerán desde el grande hasta el pequeño (Revelación 19:18-21; compare con Mateo 24:37-39).
Así que, aunque existe justificada preocupación por los cambios climáticos y sus efectos sobre el mar literal (vea la noticia anterior), y como todo parece indicar los gobernantes y sabios de este mundo 'no conocen la salida' (Lucas 21:25-31), debería existir mayor preocupación por obtener seguridad espiritual para cuando estalle la batalla de Armagedón, mediante la cual quedará zanjada para siempre el asunto de la soberanía universal (Jeremías 10:23). ¿Dónde se hallará usted? Sólo de usted depende.