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viernes, 25 de septiembre de 2009

Novelas imprescindibles para jóvenes


Por Joseph Mac Lean

Muy pocas personas cuestionan el valor de la literatura en la formación de los jóvenes. Así lo entienden los gobiernos de todo el mundo y la mayoría de padres interesados en una buena formación educativa de su prole. Y usted puede darle, quizá, el mejor regalo que un padre puede dar a sus hijos: el placer de la lectura-

Debido a la inmensa variedad de libros, es tarea complicada ofrecer una lista (aunque sea preliminar). Pero me atrevo a sugerir, de momento esta pequeña selección de novelas que, para los 15 o 16 años, sus hijos deben haber leído:

  • "Corazón", de Edmundo de Amicis
  • "Quo vadis?, del laureado Henryk Sienkiewicz
  • "Viaje alrededor del mundo en 80 días", de Julio Verne
  • "Ivanhoe", de Walter Scott
  • "Mujercitas", de Louisa May Alcott
  • "Hombrecitos", de Louisa May Alcott
  • "Tradiciones peruanas", de Ricardo Palma
  • "Comentarios reales de los Incas", Inca Garcilaso de la Vega
  • "Las aventuras de Tom Sawyer", de Mark Twain
  • "El Principito", de Antoine de Saint-Exúpery
  • "Miguel Strogoff", de Julio Verne

Por supuesto, existen cientos de obras y autores más; pero esta primera selección le ayudará a su hijo a inclinarse por algún autor (haciéndolo su favorito por el resto de su vida) o género literario. Planifique para sus hijos un horario de lectura, así como tiene otros horarios para distintas actividades. Si es posible, que toda la familia tenga el mismo horario de lectura, juntos en un mismo ambiente, o por separado. Luego a la hora de la cena pueden compartir los avances o contestarle las interrogantes (sin contar la trama ni mucho menos el final de una historia) que surjan.

Coordine con sus maestros y tutores educativos el material que sus hijos leerán. Siempre que cuenten con su supervisión, antes, durante y después de la lectura de un libro. Recuerde que cada mente es impresionable de distintas maneras y la influencia que ejerce un libro puede durar toda una vida.

Tenga dispuesta una buena biblioteca, bien surtida, y claro está disponga de buenos diccionarios que los muchachos, aun los muy jovencitos puedan manipular apropiadamente, sin riesgo. No olvide tener sesiones de declamación de poemas, sonetos y cantos, incluso líricos. Eso ampliará su mente en sentido cultural e intelectual. Los padres son los responsables del desarrollo físico, mental e intelectual, emocional y sentimental, pero también del espiritual de sus hijos. Recuerde esta verdad: "Cosecharemos lo que sembremos, más tarde o más temprano".

Descontado está que, debe tener sesiones regulares para leer con sus hijos algo de la Biblia, sea como lo que verdaderamente es, la Palabra de Dios, o como la más importante y completa obra literaria con la que cuenta el ser humano. De hecho, no hay persona culta que al ser preguntada qué libro, entre tres, se llevaría a una isla desierta, invariablemente incluyen la Biblia entre ellos. Sean agnósticos, ateos o creyentes, estoy seguro que todas las personas verdaderamente cultas han leído la Biblia completa por lo menos una vez en la vida. Hasta el gran Alejandro Magno (aunque el mismo se consideraba un dios), mostró gran respeto y algún conocimiento de los escritos hebreos cuando, según relata Flavio Josefo, fue abordado por los sacerdotes levitas a las puertas de Jerusalén, la cual pasó por alto sin asediarla siquiera. No es raro, entonces, que sus más acérrimos detractores la leen, incluso muchas veces, para, sin éxito, hallarle errores o contradicciones. Por lo tanto, la Biblia debe ser un libro muy conocido por sus hijos 'desde la infancia'.