Los británicos perezosos y sedentarios deberían levantarse, salir y ponerse en forma para ayudar a aliviar la carga que implica un estilo de vida poco saludable sobre la economía. Ese es el llamamiento que ha realizado el Gobierno del Reino Unido, preocupado por la salud de sus ciudadanos y de sus arcas. El Reino Unido se ubica en el puesto 21 en Europa desde el punto de vista de la actividad física y las autoridades estiman que el Servicio Nacional de Salud destina 3.000 libras (unos 3.500 euros) por segundo para combatir enfermedades que podrían prevenirse con ejercicio.
Por ello, el Gobierno quiere que la nación evite a los fanáticos de los deportes, que sólo los miran por televisión desde el cómodo sillón de sus hogares, y busca alentar a las personas a salir en sus bicicletas, ir a las piscinas locales o sencillamente a bailar. Para ello ha fichado a Arlene Phillips, popular bailarina y coreógrafa conocida por haber sido jurado durante seis años del concurso televisivo 'Strictly Come Dancing' de la BBC.
El objetivo es que los ciudadanos se pongan en forma ante los Juegos Olímpicos de Londres de 2012. "Somos una nación amante de los deportes, pero simplemente no somos tan activos como deberíamos", ha declarado el secretario de Salud, Andy Burnham. "Nos fijamos la meta de estar cuartos en el 2012 en las tablas de medallas olímpicas, ahora queremos aspirar a estar en el cuarto lugar en lo que respecta a las tablas de actividad física en los próximos 10 años", añadió el funcionario.
Una misión del Departamento de Salud
Los esfuerzos del Gobierno para hacer que los habitantes de la tercera nación más gorda del mundo, después de Estados Unidos y México, practiquen ejercicio ha sido una política "huérfana", ya que ningún organismo estatal se hacía cargo de ella. Ahora, el Departamento de Salud adoptará el manejo de las políticas referidas a la actividad física. Más de 2,5 millones de personas en el Reino Unido cuentan con un beneficio por incapacidad, lo que cuesta a los contribuyentes 15.000 millones de euros y a la industria 13.000 millones al año, según cifras del ejecutivo.
Más de un tercio tiene esos beneficios estatales por problemas de salud mental o desórdenes musculares o esqueléticos, los cuales responderían bien al aumento de actividad física. Las autoridades británicas estiman que un aumento modesto en la actividad física entre las personas mayores podría reducir las fracturas de cadera un 1%, lo que ahorraría más de 230 millones de euros al año.
En tanto, un 20% de incremento en los ejercicios en bicicleta ahorraría al servicio de salud más de 58 millones de euros anuales en tratamientos, añadió el Gobierno. "En Inglaterra, si podemos hacer que apenas un 1% de las personas con beneficio por incapacidad se reincorpore al trabajo a través de estilos de vida saludables, ahorraríamos al Tesoro 42 millones de euros y a la industria 36 millones", señaló Burnham en un comunicado.