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miércoles, 7 de octubre de 2009

¿Hay esperanzas de detener el cambio climático?


Por Joseph Mac Lean

Dice el refrán que "la esperanza es lo último que se pierde". Sin embargo la pregunta es: "¿Habrá esperanza a la amenaza de un desastre ecólógico mundial?". Los políticos internacionales y la prensa mundial, aunque no muy convencidos, dicen que sí, pero ¿qué nos dice la realidad?

Por ejemplo, ya existe el Protocolo de Kioto, firmado en 1997 por todas las naciones industrializadas, y que debía entrar en pleno vigor en 2004. Tal acuerdo, contaba con el respaldo de las Naciones Unidas, pero hasta hoy no ha sido ratificado por los Estados Unidos, el principal causante del desastre ecológico en ciernes. Las reuniones llevadas a cabo después de 2004, incluso la tan anunciada Cumbre de Copenhague, en diciembre próximo, más que abrir una brecha de esperanza, parece decirnos: "El desastre ecológico tan temido es inminente". Las naciones, especialmente las muy industrializadas, con todos sus sabios e intelectuales y con casi infinitos recursos económicoas, no conocen la salida a tan vasto problema. De hecho, de acuerdo a su accionar de los últimos años, lo más importante a tener en cuenta no es el hecho de que no conozcan la salida (porque de hecho alguna a de haber), sino que de hallarla la apliquen en toda su real capacidad, para siquiera revertir el daño que ellos mismos han causado.
El asunto es que el análisis del problema se va subdividiendo con el tiempo, por lo que llegar a un acuerdo multinacional de detener las emisiones dañinas de gases tóxicos parece una cosa realmente improbable, como ya lo anunció recientemente el Secretario General de las Naciones Unidas. Siguen presentándose los planes, las propuestas, algunas en verdad viables, a la vez que siguen aumentando las emanaciones de anhidrido carbónico a la atmósfera, y en cantidades cada vez mayores. Razones hay muchas, incluso la falta de recursos para implementar, mantener o mejorar los sistemas de purificación en las industrias, debido principalmente a la crisis financiera mundial.

Por citar sólo un caso, España no sólo no ha reducido su nivel de emanaciones de gases tóxicos a la atmósfera, sino que incluso la ha aumentado de modo alarmante. El diario El Mundo, en su edición del 21 de septiembre de 2009, comentó: "Las emisiones de CO2 producidas por la movilidad de pasajeros [en España] -excluyendo aviones y barcos- ha aumentado casi un 90% desde 1990, según Greenpeace. Y genera ya la cuarta parte de los gases de efecto invernadero del país." Y agregó: "El instituto estadístico de la UE (Eurostat) refleja que las emisiones del transporte español son similares a las de países con mucha más población, como Francia, Italia o Reino Unido, y que triplican las de Polonia, que tiene casi los mismos habitantes que España." Si ese es el caso de España, que no cuenta con una industria tan desarrollada como la francesa, la británica, ni que decir de la alemana, ¿qué podemos esperar de los demás países europeos, incluso de la lejana Rusia?
La organización proecologista Greenpeace, encomiable desde todo punto de vista en su empeño por aclarar las conciencias de la población mundial, ha pedido a los jefes de Estado y de gobierno que se reunirán en Copenhague del 7 al 18 de diciembre que apoyen financieramente a los países en vías de desarrollo para "permitirles otras formas de desarrollarse" menos contaminantes, con un fondo de ayudas de 110.000 millones de euros. El asunto es, que las economías de los países ricos están pasando por su peor momento de su historia. ¿Proveerán tales recursos?

Actualmente se llevan a cabo unas negociaciones en Bagkok, Tailandia, previas a la Cumbre de Copenhague, y ya se anuncian como las más "constructivas" de los últimos años. "Es la primera vez desde hace dos años que vemos este tipo de debate constructivo sobre cómo hacer funcionar concretamente" el futuro acuerdo mundial sobre el calentamiento climático, declaró Ivo de Boer, el más alto responsable del clima de las Naciones Unidas, en una entrevista a AFP, a dos meses de la cumbre de Copenhague. "Espero que podremos mantener este estado de ánimo", agregó el secretario ejecutivo de la Convención de la ONU sobre los cambios climáticos.

La reunión en Bagkok no es una de tantas, pues asisten delegados de 180 países, en un afán de darle continuidad al protocolo de Kioto. Sin embargo, no todo marcha sobre ruedas, incluso en las óptimistas rondas de conversaciones de Bangkok. De Boer, ya menos cauto, advirtió que el que los países desarrollados tengan objetivos ambiciosos en relación a sus reducciones de emisiones de gas con efecto invernadero sigue siendo la condicion esencial de un acuerdo. "Al final, si no hay objetivos ambiciosos de la parte de los países ricos y si no hay una oferta de financiamiento significativo, todo el edificio se derrumba", explicó. "Sin financiamiento y sin ambición, la discusión tan constructiva que tenemos aquí no sirve para nada", insistió.
"Más claro no canta el gallo", también dice otro conocido refrán español. La advertencia ha sido clara y contundente. La pregunta es: ¿Quieren las naciones ricas invertir, a costa de su propio enriquecimiento, para al menos paliar en algo lo efectos nocivos en el clima mundial que ellos mismos han ocasionado? No es necesario ser un experto en finanzas o política internacional para llegar a una respuesta certera: Muy dífícil, por no decir imposible.
Por supuesto, ambición sí tienen, pero no la adecuada para paliar los males que han originado con su excesiva y nociva idustrialización, que a todos nos beneficia es cierto, pero que ha puesto a la humanidad al borde de un desastre ecológico de inimaginables consecuencias. El hecho que 12 años después no se ha encontrado siquiera la más mínima idea de cómo enfrentar (menos solucionar) el problema del cambio climático causado por el efecto invernadero, entre otras causas, nos lleva a pensar que el abrigar esperanzas en los esfuerzos humanos es simplemente una vanalidad.
Vea también (en este mismo blog):
  • Los sinsabores anticipados de la Cumbre de Copenhague (del 21.09.09)
  • Calentamiendo global hundeen el abismo al mundo (del 03.09.09)