La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) indicó el viernes que aprobaría la utilización de biocombustibles en vuelos comerciales en 2010, en una apuesta por reducir las emisiones de dióxido de carbono de la industria. El jefe de iniciativas medioambientales de IATA, Paul Steele, afirmó a la prensa en Nueva Delhi que el biocombustible recibiría la certificación necesaria para ser utilizado en vuelos comerciales "a finales del año próximo".
La certificación de la IATA es vista como un primer paso técnico que podría eliminar algunas de las incertidumbres de los inversores sobre el uso de biocombustible de alta calidad en la aviación.
"Por primera vez el transporte aéreo tiene la posibilidad de una alternativa al combustible tradicional", dijo de su lado el director general de la IATA, Giovanni Bisignani.
La IATA estima que el biocombustible en la aviación podría reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 80% y ahorrar 600 kilos de emisiones por vuelo en un avión Boeing 747-400. Paul Steele indicó que recientes vuelos de prueba, llevados a cabo para "despegar el crecimiento del tráfico (aéreo) del aumento de emisiones", habían mostrado que el biocombustible y el combustible tradicional podían ser mezclados sin modificar los motores de los aviones. Pero las aerolíneas se enfrentan al desafío de controlar sus costos y procurarse biocombustible sin afectar la producción de alimentos, agregó. Los más críticos con los biocombustibles afirman que su desarrollo afecta la producción de alimentos y las reservas de agua.
Los biocarburantes son percibidos como una solución contra el calentamiento climático, pero en realidad tienen el riesgo de agravarlo al alentar la deforestación, cuyo impacto no se toma en cuenta en las principales leyes sobre el clima, según un estudio publicado en la revista Science con fecha del 23 de octubre.
Bisignani dijo que el biocombustible es sólo una parte de la estrategia de la IATA para lograr un crecimiento que sea neutral en emisiones de dióxido de carbono. Bisignani pidió a la comunidad internacional que trate el sector de la aviación como una entidad separada en las negociaciones de cara a la próxima Cumbre de Copenhague sobre el calentamiento global, en diciembre. Según el director general de la IATA, "lo peor ya pasó" para la aviación comercial duramente afectada por la crisis, aunque "la recuperación será larga".
Bisignani precisó que la industria del transporte aéreo había anticipado una baja mundial de ingresos del orden de los 80.000 millones de dólares (445.000 millones de USD en vez de 535.000 M en 2008). "Una baja de semejante dimensión será difícil de administrar. Serán necesarios entre tres y cuatro años para volver a los niveles de antes" de la crisis, estimó.