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miércoles, 7 de octubre de 2009

¿Está de verdad enamorado?

Por Joseph Mac Lean

Una de las preguntas más desconcertante es: ¿Cómo saber si uno está verdaderamente enamorado? Aunque nadie puede acertar al 100% en la respuesta, he aquí algunas pistas, y si usted alcanza al menos un 51% de certeza, dese por bien servido.
El enamorarse abarca muchas cosas: amistad, buen humor, compañerismo, entre otras. Uno puede sólo aproximarse a comprender si está enamorado o no a través de analizarse primero, y luego a la otra persona. Veamos:
1. La prueba de la libertad. Un grado de independencia saludable, que incluye tener (o mantener) amistades personales de ambos sexos, es una muestra de que uno está bien encaminado. Esto permite a cada miembro de la pareja seguir cultivando actividades o intereses que la otra persona no comparte o le agradan. Llegar a un acuerdo razonable de por ejemplo, mientras él juega al tenis (o hace otra cosa) con un amigo, ella puede ir de compras con una de sus amigas o algún familiar. Respetar la intimidad del otro es fundamental para el éxito de una relación amorosa.
2.- La prueba de la generosidad. La clave del amor es cuan dispuestos estamos a sacrificarnos por el otro, y el sacrificio demanda pérdida y a veces sufrimiento, y hacer cosas por el otro aunque a nosotros nos parezcan desagradables. No basta amar de palabra, a menudo los hechos cuentan más. Las oportunidades de demostrar amor mediante el sacrificio personal son infinitas, lo que demuestra su espíritu generoso y cuato ama usted a esa persona.
3. La prueba de los agradecimientos y las disculpas. Nunca es fácil reconocer que uno está equivocado, debemos aceptar este hecho. No es cierto (y suena hasta absurdo) eso de "Amor es nunca tener que pedir perdón". Puesto que todos somos imperfectos (algunos más que otros), no siempre acertamos en nuestras expresiones o actos, por eso es vital estar dispuesto a disculparse una y otra vez. Decir "perdóname", "lo siento", "no sabía que...", "estaba equivocado", no son fáciles de pronunciar, pero son importantes para el amor duradero. Pero disculparse es sólo una parte del asunto, pues es necesario saber agradecer de continuo y a veces no basta con un simple "Gracias". Las muestras de bondad y de amabilidad no deben ser pasadas por alto ni ser consideradas un derecho per se, sino más bien deben verse como un privilegio; esto es vital no sólo entre los amigos, sino especialmente entre los enamorados.
4. La prueba del sexo. Si no están todavía casados, las muestras de afecto deben ser muy controladas para no incitar deseos impropios en la otra persona. Estar a solas adrede en lugares solitarios, con el propósito de propiciar relaciones sexuales (sin estar aún casados, por muy anticuado que suene) no es una prueba de amor genuino, sino de simple apasionamiento. Como suele suceder, una vez satisfecha la pasión, pasa poco tiempo para que uno (o ambos) pierdan el interés en el otro. Y si ya están casados, ¿está usted consciente de las necesidades sexuales de su cónyuge? La entrega íntima, cariñosa que conlleva la relación sexual bien orientada es, con frcuencia, mucho más beneficiosa para la estabilidad de la pareja que cualquier otra cosa. Alcanzar la plenitud en la intimidad es un privilegio que pocos matrimonios llegan a alcanzar, y no me refiero solamente al orgasmo. Se debe hallar un equilibrio entre las necesidades del hombre (frecuencia-cantidad) y las de la mujer (calidad-afecto). Cuando ambas encuentran su punto de equilibrio, entonces podemos hablar de amor completo.
5.- La prueba del dinero. Puesto que tienen antecedentes distintos, el punto de vista del dinero (y qué hacer con él) difiere en la pareja. Especialmente, en épocas de crisis, el dinero puede unir a una pareja o dividirla irremediablemente. ¿Quieren ambos las mismas cosas? ¿están de acuerdo en lo que significa y demanda el éxito? ¿Cuáles son las metas personales, de la pareja y de la familia, respecto al dinero? Preparar un presupusto juntos y fijarse un cronograma para comprar y darse algunos gustos, es una clave de que uno entiende las necesidades materiales del otro, y está dispuesto a satisfacerlas, tanto como sea posible. Pero, los deseos son otra cosa, pues a veces son simples caprichos que en vez de beneficiar a la pareja la perjudican, sea por el costo de alcanzarlos o por el tiempo que se dedica uno a satisfacer los más mínimos deseos, apartándolo de su pareja.
¿Cómo le fue? ¿Puede usted ahora decir que está realmente enamorado de su pareja? Bueno, si ve algún campo a mejorar, es tiempo de ponerse manos a la obra. Caso contrario, es mejor descontinuar la relación, o "darse un tiempo" (un eufemismo reciente) hasta que uno haga los cambios respectivos y esté listo para enfrentar los retos de enamorarse. Cuanto más se esfuerce por alcanzar un grado aceptable en cada uno de los aspectos descritos, más fuertes se harán sus vínculos, pues la clave no está en encontrar la persona adecuada, sino ser la persona adecuada.