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jueves, 29 de octubre de 2009

Nazi de 90 años recibe cadena perpetua

El alemán Joseph Scheungraber, de 90 años de edad, fue condenado a prisión de por vida en lo que es quizá uno de los últimos juicios de crímenes de guerra de los nazis.

Un tribunal de la ciudad de Munich, en el sur de Alemania, declaró culpable de diez cargos de asesinato, y otros más de intento de asesinato, a Joseph Scheungraber, ex oficial nazi, quien ordenara la muerte de 14 civiles italianos durante la Segunda Guerra Mundial. La matanza ocurrió en la villa toscana de Falzano di Cortona, el 26 de junio de 1944. Scheungraber tenía 25 años y era teniente de la Wehrmacht, las fuerzas armadas alemanas.

Tras un enfrentamiento con guerrilleros, los soldados nazis tomaron como rehenes a un grupo de civiles. Las tropas dispararon en la calle y mataron a una señora de 74 años y a tres hombres antes de encerrar a otras 11 personas dentro de una casa en Falzano di Cortona. Acto seguido, destruyeron la vivienda con explosivos. De los rehenes, hubo un solo sobreviviente, un muchacho de 15 años, llamado Gino Massetti, informó la corresponsal de la BBC en Berlín, Tristana Moore. Seis décadas después de los acontecimientos, Gino Massetti fue uno de los testigos en el juicio en Munich.

Libre por décadas
Vestido con una tradicional chaqueta bávara, Scheungraber se veía con buena salud al escuchar la sentencia.
Durante sus primeros interrogatorios, Scheungraber sostuvo la versión de que había entregado los rehenes a la policía militar y que ignoraba lo que les había ocurrido después. El acusado ya había sido condenado, en ausencia, a cadena perpetua, en Italia, tras un juicio militar llevado a cabo el 28 de septiembre de 2006.

Scheungraber pasó varias décadas como hombre libre en su ciudad natal de Bavaria, a cargo de talleres de carpintería y participando regularmente en las conmemoraciones de los soldados nazis caídos durante la guerra.
Se prevé que este caso sea uno de los últimos en que Alemania tenga que lidiar con atrocidades de la era nazi. Aún queda el de John Demjanjuk, un ex guardia de un campo de concentración, deportado desde Estados Unidos, en mayo pasado.