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miércoles, 7 de octubre de 2009

Se ha ido Mercedes Sosa


Por Joseph Mac Lean

"Arenosa, arenosita, mi tierra cafayateña / el que bebe de sus viñas, gana sueños, pierde penas ..." eran las letras que escuchaba allá por los 70s y 80s, en la imponente voz de Mercedes Sosa. Poco imaginaba entonces que, con motivo de mi luna de miel, visitaría las tierras cafayateñas y los valles calchaquíes a los que tanto ella cantaba.

Estando en la universidad, un grupo de amigos nos sentamos a escuchar un casete de la cantante argentina, que contenía canciones-homenaje a la mujer latinoamericana. Así conocí a Alfonsina Storni ("Por la blanda arena que baña el mar...Te vas Alfonsina con tu soledad, ¿qué poemas nuevos fuiste a buscar?...") y Juana Azurduy ("... flor del Alto Perú, no hay otro capitán más valiente que tú, suena el tambor..."), entre otras. De allí, junto con la música de los Chalchaleros, Mercedes Sosa me introdujo en el folklore argentino, en especial la zamba. Pocos años después, la Negra incursionaba con igual éxito en la nueva trova y el rock de los ochenta: "Sólo le pido a Dios, que el futuro no me sea indiferente, que la reseca muerte no me encuentre, vacía y sola sin haber hecho lo suficiente...". Y estoy convencido de que Mercedes Sosa hizo lo suficiente en su campo y que al final de su vida nunca se halló sola, como lo demuestra la multitudinaria despedida de la que fue objeto el día de su cremación. Tal vez sus ansias de justicia social nunca las vió satisfechas, porque no está en el poder del hombre poveer la paz y seguridad genuinas y verdaderas.

Soy poco dado a la glorificación de personalidades y, por eso, una sola vez fui a uno de sus conciertos en vivo, aunque tengo casi toda su discografía y disfruto a menudo de su amplio repertorio, llenos de significación, mucho más en la prodigiosa voz de esta artista entregada por completo a su arte. Hoy su voz se apagó, pues ya duerme en la muerte: "Duerme, duerme negrito, que tu mama está en el campo negrito...". Descansa en paz, cantora de las Américas y del mundo. Tu obra queda entre nosotros. Y puedo decir también: " Gracias a la vida que me ha dado tanto...", entre ellas tu majestuoso canto.