- "Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente, estando completamente equipado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:16, 17)
- "Ninguna profecía de la escritura proviene de interpretación privada alguna. Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo" (2 Pedro 1:20, 21)
- "La expresión de David hijo de Jesé... El espíritu de Jehová fue lo que habló por mí, y su palabra estuvo sobre mi lengua" (2 Samuel 23:1, 2)
- "Una revelación por Jesucristo, que Dios le dio, para mostrar a sus esclavos las cosas que tienen que suceder dentro de poco" (Revelación 1:1)
¿Escrita por hombres, pero aún así "inspirada?
Es cierto que unos 40 hombres participaron en escribir los diferentes libros (66 en total) que componen la colección más importante de la humanidad. ¿Cómo puede decirse, entonces, que es a la vez "inspirada? Eso no es ningún secreto difícil de develar. Para empezar, Dios creó al hombre y sus facultades mentales y todas las leyes físicas, entre otras. Hoy en día, la tecnología moderna nos ha puesto al alcance diversos dispositivos que permiten una comunicación a distancia de modo rápido y confiable. Pero, ¿no es verdad que el hombre sólo aprovecha las leyes ya existentes y no las inventa? Bueno, no sería nada difícil para el Hacedor de todas las cosas (incluso esas leyes inmutables) comunicar directamente a las mentes de ciertos hombre devotos los mensajes que Él creyera necesario se escribieran para beneficio de todos. Y eso es lo que precisamente hizo.
Otra ilustración nos ayuda a entender este método de dar a conocer Su voluntad: Un gerente no redacta todas las cartas de una empresa, ¿cierto? La mayoría son redactadas y escritas, en forma y contenido, por su secretaria u otros asistentes y el gerente, una vez las lee y acepta, las firma en señal de conformidad. Así, desde Moisés, el primer escitor bíblico, hasta el apóstol Juan, el último escritor inspirado, fueron esos "asistentes" o "secretarios" (todos judíos piadosos - Romanos 3:2) que se encargaron de poner por escrito los "pensamientos de Dios" (Isaías 22:15; 55:8-9; Mateo 16:23). El hecho de que subsistan hasta el día de hoy, para nuestro beneficio, es evidencia adicional de que cuentan con la aprobación del Autor: Dios.
Asimismo, sólo la Biblia contiene información que no pudo ser obtenida de otra fuente que no haya sido del Creador o un espectador de tales acontecimientos:
- "En el principio, creó Dios los cielos y la tierra..." (Génesis capítulos 1-2). El punto es que la Biblia, alegórica o no, es la única fuente antigua que narra en orden exacto el proceso creativo y la aparición de la vida en la Tierra, hechos que han sido corroborados por la ciencia moderna. Está libre de las exageraciones y cosas absurdas e inmundas propias de todas las mitologías de su tiempo. Claro está, que no siendo un manual histórico-geográfico, no brinda todos los detalles que quisiéramos conocer. Sin embargo, lo que sí dice es sumamente útil (y suficiente) para "el hombre de Dios". Por eso, no pocos científicos destacados y de fama (Isaac Newton, Galileo, Albert Einstein, Robert Jastrow, y muchos más) se han sentido inclinados a, por lo menos, mostrar un respeto sincero por la Biblia. Aparte, nos dice el origen de la enfermedad la vejez y la muerte (Génesis capítulo 3) y nos habla de la forma cómo Dios se propone eliminar esos enemigos (Juan 3:16; Romanos 5:12; 6:23; Revelación 21:4) y que se propone restaurar todas las cosas como eran al principio, antes del pecado de Adán y Eva (Isaías 65:17; 2 Pedro 3:13; Revelación 21:1, 5), y el medio por el cual logrará eso: el reino de Dios (Mateo 4:17; 6:9).
- "Hay Uno que mora por encima del círculo de la Tierra" (Isaía 40:22). Hoy, hasta un niñito sabe que la tierra es redonda, en forma de esfera, ¿verdad?. Bueno pero para el siglo VIII a EC, la ciencia de entonces (y por muchos siglos) enseñaba que la Tierra era plana. Aunque fueron los griegos, paradójicamente pocos siglos después, quienes fueron los primeros en "advertir" científicamente que la tierra era probablemente esférica (o circular) y no plana, Isaías, que nunca abandonó nuestro planeta , como hoy lo hacen los atsronautas, escribió correctamente este hecho científico comprobado. ¿De dónde obtuvo esa información exacta y, por tanto, verdadera (Juan 17:17)? Es obvio que su Dios Jehová, a quien servía fielmente, le proporcionó esa información.
- "Y escapo con la piel de mis dientes" (Job 19:20). En medio de su angustia, Job incluyó esa súplica a su Hacedor. Sólo muy recientemente se ha descubierto que gran parte del tejido de los dientes es de la misma consistencia y origen del tejido epitelial que cubre todo el cuerpo humano, aunque no es propiamente piel en si mismos.
- "Y tiene que suceder que cuando te agaches fuera [del campamento santo], entonces tienes que cavar un hoyo en ella y volverte y cubrir tu excremento" (Deuteronomio 23:13). Todo un adelanto sanitario revolucionario, considerando que en Egipto, el país en el que habían vivido por más de 400 años, el excremento era utilizado incluso como medicamento y hasta era considerado sagrado. La ley de Moisés incluía mandatos que eran completamente diferentes a todo lo registrado en cualquier otro código sanitario de su época (Levítico 15:4, 13, 16, 18, 31).
- "No debes ver la desnudez [o tener relaciones sexuales con]... nadie que sea pariente carnal próxima... la esposa de tu padre... de tu hermana, la hija de tu padre... tu hijo o hija... la hermana de tu padre (o de tu madre)... el hermano de tu padre (o madre)... tu nuera... la esposa de tu hermano... de una mujer y su hija... una mujer y su hermana..." (Levítico 18:6-20). Aunque actualmente ya se saben los indeseables efectos congénitos en la prole que surge del ayuntamiento carnal entre parientes cercanos (a sabiendas o no), para la época en que se escribió estos mandamientos (cuya pena por pasarlos por alto era la muerte) fueron toda una novedad y, como hoy (en una sociedad saturada de sexo), muy difícil de cumplir para algunos. No todos los israelitas pudieron cumplir con estas estrictas leyes perfectas y pagaron con su vida (a la corta o a la larga). De hecho, el apóstol Pablo, siglos después concluyó bajo inspiración: "¿Por que pues la Ley? Fue añadida para poner de manifiesto las trasgresiones, hasta que llegara la descendencia a quien había hecho la promesa... [y la descendencia es Cristo]" (Gálatas 3: 16, 19).
En verdad se podría decir mucho más, pero el espacio no lo permite. ¿Por qué no lee usted personalmente la Biblia, aunque sea porciones de ella y trata de descubrir que su mensaje puede tener efecto benéfico en usted y proporcionarle la instrucción necesaria para llegar a ser "un hombre de Dios", en el sentido amplio de la expresión? Puede empezar como todo libro, de principio (Génesis) al fin (Revelación). O tal vez, prefiera leer primero los evangelios (cuatro en total) y comparar las citas con las Escrituras Hebreo-arameas (o Antiguo testamento) que se usan ampliamente en esos importantes y vitales relatos de la vida de Jesús. Tome notas, hágase todas las preguntas que quiera, no tenga temor que al tiempo debido hallará, de un modo u otro, las respuestas confiables que harán incrementar su fe. No tardará en captar el verdadero espíritu y propósito de las Escrituras y animarse a porner por obra lo que vaya aprendiendo.
Si el Autor, quien está muy interesado en que todos adquieran conocimiento exacto de su voluntad (Hechos 17:30, 31; 1 Timoteo 2:3-4), percibe que su corazón se inclina a aceptar la buena instrucción, de seguro le dará el mismo espíritu santo que utilizó para inspirar las Escrituras y usted pueda alcanzar no sólo el conocimiento, sino el entendimiento, el discernimiento y la sabiduría para poner por obra todo lo que aprenda de su Palabra (Hechos 5:32; ) Por que lo importante no es tanto conocer lo que Dios quiere, sino hacer lo correcto a su vista (Mateo 7:21; 1 Juan 2:17). Así, usted puede probar para usted mismo lo que es la buena, la acepta y la perfecta voluntad de Dios (Romanos 12:1-2). Y demostrará que al menos a modo individual, usted desea que 'se haga la voluntad del Padre aquí en la Tierra así como en el cielo' (Mateo 6:9-10).