En tan sólo una semana de exhibición, la película "2012" ha recaudado millonarias sumas de dinero, y estoy seguro que lo seguirá haciendo en las próximas semanas. Aún no la he visto, aunque eso le cause extrañeza a más de uno. Sin embargo, aparte de ser una película espectacular, desde el punto de vista cinemátográfico, deja a los espectadores (al menos a los que he consultado) con una especie de duda respecto a la cercanía o no del "fin del mundo". Algunos, saben que he investigado el asunto y me preguntan mi opinión. Bueno aquí va una síntesis, de la que no estará ausente la fuente principal de dicha preocupación: la Biblia.
La religión maya
Para nadie es un secreto lo sanguinaria que fue esa religión, cuyo rito central ern los sacrificios humanos, que, si vamos a confiar en las crónicas de los españoles, se contaban por miles en tan solo una de las tantas fiestas principales en honor a la multitud de dioses que adoraban. Si hoy exitiese alguna nación que practicase una religión similar a la maya, ¿cree usted que las Naciones Unidas, los Estados Unidos, la Comunidad Europea, Amnistía Internacional y todo otro organismo protector de los derechos fundamentales del hombre permitirían su continuidad? La respuesta es obvia: ya hubiesen exterminado a una nación así, ¿verdad?
Al respecto, cabe hacernos una pregunta personal: ¿apoyaríamos o practicaríamos una religión con las características de la maya? Por supuesto que no diría usted, y probablemente le creeríamos. Nadie en su sano juicio daría su apoyo a una religión similar. Sin embargo, un examen más profundo demostraría que usted sí lo hace, si pertenece a alguna organización religiosa (aunque sea como creyente no practicante) que apoya de un modo u otro la guerra: una forma moderna de derramar torrentes de sangre en honor al "dios de la guerra", aunque llamen "justas" o "santas" a sus conflagraciones.
Por eso, si una religión (evidentemente guiada e inspirada por demonios, compare con 1 Corintios 10:20,21) tiene tal naturaleza asesina, ¿sería un instrumento divino para comunicar a la humanidad su futura destrucción? Además, a diferencia del mensaje de la Biblia, que sí habla de supervivientes selectos (los "justos", los "mansos", etc, compare con el Salmos 37), las supuestas profecías como las de la religión maya carecen de ese elemento, es decir, la intervención divina para "preservar a personas justas" de las impías (1 Pedro 3:20,21; 2 Pedro 2.5-9). Dejan que el azar o el propio ingenio del hombre genere las condiciones de escape, incluso huir al espacio, sin percatarse que solamente trasladan el problema principal a otra parte: la imperfecta naturaleza humana.
El día y la hora
Otro elemento que interesa a muchos, pero con pocos resultados prácticos, es conocer el día y la hora. Esta inquietud no es nueva. Ya en el primer siglo, los discípulos de Jesús le preguntaron: 'Dinos: ¿Cuando será... la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas' (Mateo 24:3). Jesús pasó a dar una serie de señales que, en conjunto, cuando se presentasen a nivel mundial marcarían el inicio del fin. Sin embargo, incluyó una advertencia, para muchos desconcertante: "Respecto a aquel día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre" (Mateo 24:36). En ese entonces, ni Jesús sabía con exactitud la fecha exacta del "fin del mundo" (vea el artículo "¿Será destruída la Tierra algún día?").
¿Por qué ocultar una información tan vital? Bueno es que se requiere no sólo ser "justos" a vista de Dios por un tiempo. Se requiere aguante y perseverancia (Mateo 24:13), y sobre todo mantenerse alerta: "Manténganse alerta, pues, porque no saben en que día viene su Señor" (Mateo 24:42). Los que han observado el deterioro de las condiciones mundiales y han percibido que éstas cuadran con las "señales" que Jesús dijo, se han esforzado por armonizar su vida, conducta y hasta su personalidad con la voluntad divina. Al hacerlo, han obtenido el beneficio que ya la Biblia decía estaba disponible para los que lo hacen, y, manteniéndose firmes en la esperanza han avanzado de un respeto y temor piadoso a su Creador (Revelación 4:11) a sentir profundo amor y gratitud porque ahora conocen el amor y la bondad de ese Dios que pronto pondrá fin a toda clase de maldad en un sólo acto de justicia: Armagedón (1 Juan 5:1-3; Revelación 16:14,16).
Así, que vendrán muchas más películas, se discutirán muchas más profecías acerca del fin, y hasta, en un exceso de celo, muchos creyentes intentarán fijar, con variadas intenciones, un día señalado. La diferencia es que, las personas que hacen suya la esperanza bíblica efectúan los cambios necesarios en sus vidas (doctrina, conducta y actividad) para ser hallados llenos de "actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa" e "inmaculados, sin tacha y en paz" (2 Pedro 3:11-14) cuando el presente sistema de cosas dominado por el Diablo reciba merecida destrucción (1 Juan 5:19).
Lo importante es: ¿Se dejará usted extraviar por toda suerte de falsas profecías y anuncios catastróficos que no tienen sustento creíble, algunos incluso promovidos por demonios, los mismos que inspiraron a religiones sanguinarias como la maya y no pocas organizaciones llamadas "cristianas" del día actual (1Timoteo 4:1-5)? Es muy probable que esa sea otra artimaña de Satanás el Diablo para lograr que las "gloriosas buenas nuevas" (que incluyen el fin de la sociedad humana imía de nuestros días y que están siendo proclamadas en "toda la tierra habitada") no llegue a usted de modo claro, entendible (Mateo 24:14; 2 Corintios 4:2-4). De todos modos, puesto que todavía es tiempo favorable para ellos, le recomiendo, encarecidamente, aparte un tiempo para al menos leer las Escrituras y formularse todas las preguntas que desee, por muy absurdas o desconcertantes que le parezcan. No olvide que el Autor de la Biblia, Dios mismo, está muy interesado (a diferencia de los demonios) en que usted se llene de 'conocimiento exacto de la verdad y se salve' (1 Timoteo 2:3-4) y que sigue ejerciendo paciencia "porque no desea que ninguno sea destruído, más bien desea que todos alcancen el arrepentimiento" (2 Pedro 3:9). La educación divina está más disponible de lo que usted piensa, pues los años del oscurantismo religioso son cosa del pasado. Por toda la Tierra, personas de toda raza y condición son alcanzadas por ella, demostrando así la imparcialidad de Dios (Hechos 10:34-36).
Ahora bien, el día del juicio vendrá de todos modos (Lucas 21:31; Hechos 17:31; 2 Pedro 3:10), y ya no habrá modo de escapar, como no lo hubo para los impíos de los días de Noé (Mateo 24:37-39; 2 Pedro 3:5-7). Tal vez, cuando usted decida "hacer caso" sea ya demasiado tarde (Lucas 13:24), pues la "puerta angosta" se habrá cerrado para siempre, no importa cuanto se haya usted esforzado por recorrer el "camino estrecho" que lo conduce a la vida (Mateo 7:13,14). Todavía hay tiempo, por eso es necesario seguir dando la voz de alerta para despertar a la gente para que adopten un punto de vista vigilante respecto a lo que el Creador, Jehová, ha decretado: Poner fin al imperio de la iniquidad de una vez por todas. Está en usted tomar la decisión de continuar (o emprender) esta carrera por la vida, que de seguro, no lo hará perfecto por el tiempo presente, pero si le ayudará a alcanzar la "estatura espiritual" que Dios espera ver en los que se esfuerzan encarecidamente por seguir la senda de escape... ¡Qué usted sea uno de esos!