No es extraño encontrar en cualquier momento a personas que tienen muchos tatuajes y ahora que se acerca el verano seguro se notarán mucho más. Es un hecho que la decisión es estrictamente personal, pero ya que suelen lucir con tanto orgullo, ellos mismos convierten un "asunto personal" en un "asunto público", y como tal, sujeto a crítica o aprobación, e incluso indiferencia.
Algunos estudios, como los llevados recientemente por la Univesidad de Michigan, en los Estados Unidos, mencionan que existe una fuerte relación entre el llevar tatuajes y ostentar rasgos antisociales de personalidad y conductas delictivas. Es decir, las personas con rasgos antisociales de personalidad tienen más tendencia a llevar tatuajes. Y el dato no es un simple asunto de estadística.
Ya por mucho tiempo se sabe que los tatuajes han estado relacionados con las prisiones y los cuerpos de elite de las fuerzas armadas, en una demostración de "pertenencia leal" a dichas instituciones. No es para nadie un secreto tampoco que tanto los presos como la mayoría de los bien entrenados soldados ostentan algunos rasgos psicóticos de personalidad. Pero hoy, ha traspasado esos límites y se ha convertido en toda una moda y los tatuajes los lucen personas que carecen de antecedentes penales o que nunca han sevido en ninguna parte de las fuerzas armadas. ¿Están libres, por lo tanto, de alguna anomalía en su psiquis? Para tranquilidad de los tatuados, parece que las anomalías presentadas son leves o manejables, pero potencialmente muy peligrosoas, si las condiciones o el ambiente cambian de improviso.
El ser "antisocial" o tiene que ver necesariamente con estar o no tatuado. Personas no tatuadas cometen igual o peorescrímenes de todo tipo alrededor del mundo, y demuestran estar más enfermas que la mayoría de los tatuados. En realidad la anomalía pisquiátrica se encuentra en el cerebro de las personas y no a flor de piel, lo que los impulsa a comportamientos violentos o criminales.
Las personas psicóticas, tatuadas o no, demuestran una incapacidad para conectar una zona del cerebro (llamada el fascíulo unicnado) con otra que controla el pensamiento, las emociones y los sentimientos. La valoración, especialmente ética, queda así bloqueada casi de modo permanentemente. Las decisiones, por lo tanto, son irracionales y brutales en muchos casos. De hecho, las personas psicóticas no piensan en lo que hacen, y nunca llegan a sentir remordimiento por sus acciones criminales. Aunque esto explica mucho del comportamiento delictivo, de ningún modo lo justifica. Lo curuioso es que cada vez más se halla una mayor relación entre el tatuaje y la tendencia psicótica o antisocial de personalidad.
Por eso, si está pensando en tatuarse, una decisión estrictamente personal, por qué no se detiene un momento a pensa qué le impulsa a hacerlo. Tal vez si hace un análisis honrado descubra algunos rasgos indeseables de personalidad que merecen su atención y corrección inmediata. En muchos casos, es una decisión irreversible, o de lograrlo es sumamente costosa y dolorosa. Pero lo más importante, es descubrir, y corregir, las fallas en su estructura cerebral, que a la larga podrían impulsarlo a cometer delitos de diversa índole y gravedad.