En una rueda de prensa al término de la cumbre UE-Rusia celebrada en Estocolmo, el jefe del Ejecutivo comunitario expresó su satisfacción por el mensaje que le transmitió en el encuentro el presidente ruso, Dmitri Medvédev. "Esto es muy esperanzador", dijo Barroso, quien aseguró que las negociaciones sobre cambio climático son "críticas" y existe la obligación de que la próxima conferencia de las Naciones Unidas en Copenhague sea un "éxito".
A un par de semanas del comienzo de la cita en la capital danesa, Barroso indicó que fue muy positivo el encuentro con las autoridades rusas y su compromiso con un acuerdo basado en "la ciencia" que permita que la temperatura del plantea no aumente por encima de los dos grados centígrados.
Por su parte, Medvédev afirmó en la misma comparecencia que la UE y Rusia "comparten las ideas" en lo referente al cambio climático y el "objetivo de convencer a los colegas de otros países para que sean más serios". "Confío en que Copenhague sea un éxito, aunque no cerremos un acuerdo vinculante", declaró el presidente ruso.
El compromiso ruso debería facilitar la labor de la UE a la hora de exigir reducciones importantes a otras potencias, como Estados Unidos. Los veintisiete miembros de la UE han acordado de forma unilateral reducir para 2020 sus emisiones un 20 por ciento respecto a los niveles de 1990 y elevar ese recorte hasta el 30 por ciento, si otras grandes economías también lo hacen.
Hasta ahora, Rusia había hablado de recortes de entre el 10 y el 15 por ciento y Bruselas situaba a este país junto a EEUU, Canadá o Ucrania como algunos de los grandes emisores que no eran lo suficientemente ambiciosos. En cualquier caso, el recorte del 25 por ciento permitiría seguramente que Rusia aumentase sus emisiones en los próximos años, pues, debido al colapso de la URSS y de gran parte de su industria pesada, hoy está lejos de los niveles que tenía en 1990, año habitual de referencia.