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lunes, 23 de noviembre de 2009

"Libro de la mujer fatal", novela de Marta Sanz

El "Libro de la mujer fatal", que reúne dieciséis fragmentos de la literatura mundial sobre "mujeres mortíferas que cautivan y repelen" y cuya principal destreza es "destrozar la vida de un hombre", es, en realidad, un compendio de pistas para tratar de entender la fascinación del poder femenino.

"Siempre me he preguntado por qué algunas mujeres queremos emular a la 'femme fatal', aún sabiendo que es el producto de una mirada masculina atraída por lo incomprensible, por esa destructiva naturaleza que se asocia con lo femenino". Así comienza el prólogo de "Libro de la mujer fatal" (Ediciones 451), que su autora, Marta Sanz, ha subtitulado "La estirpe de las chupadoras de sangre" y donde se explica el por qué de esa atracción, tanto en hombres, como en mujeres. Según ha detallado la escritora a Efe, todas las protagonistas de estos extractos -hay fragmentos de obras de Raymond Chandler, Prosper Merimée, Emile Zola, Vladimir Nabokov, o Stefan Zweig, entre otros- "son creaciones de hombres y encarnan los miedos de los hombres, que, por otra parte, las mujeres asumimos como un concepto de lo que somos, y eso es lo que las hace más atractivas".

Estas mujeres -la criolla niña Chole, de Valle Inclán, la Lolita de Nabokov, la vampira Luella Miller de Mary Wilkins, o las bíblicas Eva y Lilith- son mujeres fatales que están unas dentro de otras, como una matrioska, ha señalado Sanz.
Para crearlas, probablemente, los autores "se han basado en el concepto un poco maldito de la feminidad", lo que, en su opinión, abre un interesante camino a las lectoras: son personajes construidos según la imagen de mujer del autor. "Ellos han tenido la capacidad de penetrar a la mujer en el sentido de convencer a la lectora de que eso es la feminidad; han dado unas pautas según las cuales la mujer lectora en lugar de ser crítica con esa imagen, incluso aspira a ella, la asume como algo deseable", asegura.
Para entenderlo hay que partir de que todas las mujeres han deseado alguna vez calzarse unos guantes negros hasta el codo y sostener una boquilla con un cigarro encendido en la punta mientras, con los ojos entornados por el humo, lanzan la frase que deja al macho fuera de juego.
Pero, lejos del concepto frívolo que lleva a la imagen sensual de Rita Hayworth, Veronica Lake o Marlene Dietrich, la "femme fatal" es algo mucho más complejo.
La mujer fatal, se dice en el libro, "es sexual, ambiciosa, vengativa (...) mentirosa o salvajemente sincera, materialista: los billetes verdes le tiñen las huellas dactilares y el color de los ojos, es ávida y golosa, pecadora, destructora del tabú. Es mortífera (...) seduce porque da miedo y da miedo porque es libre hasta la amoralidad, su principal destreza: destrozar la vida de un hombre".
A pesar de ello, dice Sanz, es un libro feminista "en el fondo" -acepta que la cita de la actriz María Félix con la que comienza el libro "Me gustan los hombres y los peces..¡son tan tontos!" es una provocación-, y muy bello, salpicado por 16 obras pictóricas que ilustran en una cuidada edición los diferentes tipos de mujer.
También ha comentado con Efe que el origen de esta selección, de la que muchos otros fragmentos se tuvieron que quedar atrás, está en su última novela, "La lección de anatomía", donde utiliza su propia biografía como material literario.
Marta Sanz (Madrid, 1967) es doctora en Literatura Contemporánea, premio Ojo Crítico de Narrativa, finalista del Nadal en 2006 y semifinalista del Herralde en 2009, autora de las novelas "El frío", 1995; "Lenguas muertas", 1997; "Los mejores tiempos", 2001, "Animales domésticos", 2003, "Susana y los viejos", 2006 y "La lección de anatomía", 2008.