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jueves, 6 de octubre de 2011

La Biblia contesta: ¿Por qué tantos creen en la evolución?

Como usted puede muy bien darse cuenta, por todas partes la teoría de la evolución se ha hecho muy popular, aun entre personas que saben muy poco o nada de ella. ¿Por qué? Bueno, el apóstol Pablo registró estas palabras: "Habrá un período en que no soportarán la enseñanza saludable, sino que, de acuerdo a sus propios deseos, acumularán para sí mismos maestros para que les regalen los oídos; y apartarán sus oídos de la verdad, puestos que serán desviados a cuentos falsos " (2 Timoteo 4:3-4).


Puesto que la teoría de la evolución es más una doctrina religiosa [que se acepta por fe, ya que carece de sustento científico], enseña una filosofía de vida y una determinada postura para con Dios, apelando a la inclinación innata del ser humano imperfecto de intentar la independencia absoluta de su Creador. Aunque muchos partidarios de la evolución afirman creer en Dios, al difundir la evolución impulsan a las masas a creer que los humanos no somos responsables ante nuestro Creador y que Él no se interesa en su creación y que tampoco intervendrá en los asuntos humanos en ningún tiempo en el futuro.


Como bien dijo Pablo proféticamente, "de acuerdo con sus deseos", en cuanto al asunto evolutivo, han buscado por todo medio posible convertir la teoría en una realidad científica, sin conseguirlo hasta el presente. En cambio, cada vez son más los científicos que, maravillados por la precisión y complejidad de la creación se expresan francamente en apoyo de la existencia de un Ente inteligente y sumamente poderoso que controló (y aún lo hace) todo el Universo, como enseña la Biblia (Génesis 1.1).


¿Por qué predican a voz en cuello la evolución muchos científicos? Es patente que, lejos de aplicar el rigor científico a sus afirmaciones, se dejan llevar por sus propios deseos de que no exista nada más allá de la Naturaleza. Lamentablemente, no pocos clérigos han caído presa de este vil engaño que aparta a la gente de no sólo comprender la vastedad de la obra creativa, sino que, lo más importante, se privan de conocer a Quien está detrás de toda esta maravilla (Compare con Romanos 1:19-22). Cuando uno analiza cada obra creativa y ve en ella la sabiduría de un Creador, se siente impulsado a expresarse como lo hizo el salmista: "Te elogiaré porque de manera que inspira temor estoy maravillosamente hecho" (Salmos 139:14). Y también, a reconocer que, al menos, este Creador Todopoderoso merece gloria y honra (Compare con Revelación 4:11), y que es poseedor de una sabiduría inescrutable (Romanos 11.33).


No es de extrañar que una sociedad alejada de Dios, siempre tiende a ir más allá de todo sentido moral, pues es la recompensa por 'cambiar la verdad de Dios por la mentira' y 'rendir servicio sagrado a la creación más bien que a Aquél que creó' (Romanos 1:24-31). La gente que se niega a adorar a Dios con espíritu y con verdad, manifiesta los rasgos de la sabiduría animal, terrenal y demoníaca (Santiago 3:15), con las desastrosas consecuencias de ver degradadas sus cuerpos, mentes y sus sociedades en general.


Basta con comparar a una sociedad que se guía por los principios de la Biblia y respeta la posición de autoridad de su Creador, con otra sociedad que no lo hace para darse cuenta de las tremendas diferencias y los frutos de ambas (Compare con Juan 13:34-35). Esta situación llegará pronto a un punto límite, pues Malaquías predijo proféticamente que llegará el día en que las personas "verán la distinción entre uno justo y uno inicuo, entre uno que sirve a Dios y uno que no le ha servido" (Malaquías 3:18). Y ese tiempo está mucho más cerca de lo que la mayoría de la huimanidad cree, como lo confirman la gran cantidad de profecías bíblicas que se cumplen en nuestros días.