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viernes, 15 de abril de 2011

La Biblia contesta: ¿Quién dirigió a los magos mediante la estrella?

Al leer detenidamente el capítulo dos del Evangelio de Mateo, nos enteramos que ciertos personajes prominente del Oriente viajaron una enorme distancia para conocer y honrar al 'rey de los judíos', es decir a Jesús. Sin embargo, más allá de los mitos y tradiciones con que se ha recargado (y distorsionado) el texto bíblico, es posible despejar algunas dudas que surgen tras la lectura cuidadosa.

¿Condujo Dios a los magos?

Difícilmente, pues el Dios de la Biblia siempre ha considerado detestable a la magia y la astrología, al igual que cualquier otra forma de espiritismo por su estrecha y directa relacion con los demonios (Deuteronomio 18:10-12; Isaías 47:13-15). Aunque la astrología es muy popular hoy (como ayer lo fue), la Biblia desaprueba enfáticamente esta práctica como parte del espiritismo (Revelación 21:8).

Jehová, el Padre de Jesús (Lucas 1:30-33), avisó directamente a unos pastores judíos (que pertenecían a su pueblo escogido para ese tiempo) acerca del nacimiento de Jesús mediante un ángel (Lucas 2:8-15), no mediante prodigios o señales celestiales que habrían de ser interpretadas.

¿Eran realmente tres reyes?

La Biblia no informa el número con precisión. Bien pudieron ser dos, tres o más. Lo que sí nos dice es que eran: 'Unos Magos" [La Biblia Latinoamérica; Reina-Valera; Biblia de Jerúsalen; Nácar-Colunga]; "Unos sabios" [Versión Popular]; "Unos astrólogos" [Traducción del Nuevo Mundo: del griego magoi = magos]; pero de ningún modo informa que fuesen reyes.

La cristiandad ha enseñado que esta 'adoración' cumple las profecía de Isaías 49:23 y Salmos 72:10-15. Sin embargo, nada sugiere en el relato de Mateo que estos magos fuesen reyes [a quienes llama en griego magoi] o que estuviesen acompañados de princesas u otros miembros de la realeza de sus respectivas naciones, como sí indica el libro de Isaías. La profecía citada se cumplió principalmente con la restauración del Templo y la adoración a Jehová en Jerusalén luego de los setenta años de desolación predichos, que fue posible gracias a la generoso aportación material de diversas naciones, incluso de los monarcas persas.

Por otro lado, aunque típicamente Salmos 72:10-15 se cumplió en Salomón (1 Reyes 4:21; 10:1-10), el cumplimiento mayor sería con Jesucristo al adquirir el poder del Reino de Dios, luego de su muerte y resurrección y que acontecería mucho tiempo después de su ascención a los cielos (Hechos 2:30-36), y no al tiempo de nacer, ni durante su vida en la Tierra.

¿Por qué fueron a ver a Herodes primero?

Aunque de antemano no se puede saber la razón, el hecho de que Herodes procurara matar al niñito Jesús indica con claridad que no fue Jehová quien envío a los astrologos a ver al monarca, pues no era ese el tiempo en que Jesús ofrendaría voluntariamente su vida a favor de la humanidad, cuando llegó a ser un hombre adulto.

¿Quién pudiera estar interesado, aunque solapadamente, en aniquilar al futuro rey de los judíos y del reino de Dios? La respuesta es obvia: fue Satanás, la astuta Serpiente original (Revelación 12:9), quien desde el principio buscó la eliminación de la descendencia prometida (Gálatas 3:16), Áquel que habrá de aplastarle la cabeza al tiempo debido en el futuro cercano (Génesis 3:15; Revelación 20:1-3, 7-10).

¿Por qué Herodes mandó ejecutar a los niñitos de Belén de dos años o menos?

El rey, basándose en la investigación cuidadosa que habían efectuado los sacerdotes y escribas, ordenó la matanza de todos los niños varones del distrito de Belén (Miqueas 5:2)que tuviesen dos años o menos. Por esa razón, el relato bíblico informa que los magos (o astrólogos) hallaron al niñito en una casa (ya no en un pesebre) y le ofrecieron oro, olíbano [incienso, Versión Popular; Nácar-Colunga; Biblia de Jerusalén] y mirra.

¿Por qué permitió Dios tal clase de homenaje de unas paganos?

La Biblia no lo dice con claridad, pero el hecho de que se les permitiera llegar hasta el futuro Mesías (un niñito en ese entonces) prueba que probablemente sus intenciones no eran perjudicar a Jesús, a pesar de que sus prácticas mágicas los ponían al servicio de Satanás, y evidentemente este los guió mediante algún tipo de prodigio celestial (en evidente distorsión de Números 24:17, como suele hacer el Diablo; compare con Mateo 4:5-7). A estos magos no se les vuelve a mencionar en todo el resto del relato bíblico, y nada indica que se hayan convertido al cristianismo, ni en la Biblia ni en la historia. Por lo que, ¿sería correcto hacer de estos personajes paganos el centro de nuestra atención, en vez de siempre concentrarnos en el Agente Principal de la vida (Juan 14:6; Hechos 5:31; Hebreos 12:1-2? Eso, definitivamente, resultaría perjudicial a nuestra vida espiritual y no daríamos evidencia de haber dejado de 'tocar la cosa inmunda', requisito que el apóstol Pablo indicó para ser aceptos a la vista de Dios y ser recibidos por el Padre (2 Corintios 6:14-18).

Este es un asunto en apariencia inofensivo o de poca importancia para muchas personas. En cambio, a los que buscan encarecidamente adorar al Padre con espíritu y con verdad (Juan 4:23-24) es una de las tantas tretas como Satanás y su agente terrestre, Babilonia la Grande (el imperio mundial de religión falsa) pretende 'emborrachar' a las naciones (Revelación 17:1-5; 18-1-2) y no permitir que las gloriosas buenas nuevas del reino lleguen a la mayoría de la tierra habitada (2 Corintios 4:4). ¿Lo permitirá usted?