La publicidad es a menudo engañosa. Piense en esto: Un varonil vaquero montando un fino ejemplar equino, mirada firme, rostro agradable, con un cigarrillo en los labios. Así se sugiere que fumar es sumamente viril. Nada más cierto de la verdad. FUMAR PUEDE AFECTAR SU VIDA SEXUAL.
Diversos estudios han demostrado, hasta la saciedad, la ironía que ha resultado para millones de fumadores varones el comprobar que su hábito de fumar tabaco los ha conducido a adquirir impotencia sexual. Y es comprensible la razón: La erección y el buen desempeño sexual depende igualmente de la potencia y la durabilidad de esa erección. Pero los hombres prefieren casi nunca hablar de estos problemas.
Aunque es cierto que en gran medida la disfunción sexual tiene su origen en desórdenes del tipo emotivo, poco a poco se ha comprobado que también muchos de estos casos tienen un origen físico, en especial los trastornos vasculares. En promedio, se puede hallar que dos terceras partes de los varones con impotencia sexual eran fumadores; aunque claro está, no todos los fumadores resultaban impotentes. La edad, la falta de ejercicio, el consumo de alcohol y otras drogas también pueden contribuir a aumentar el riesgo entre los fumadores. Además, a pesar del tiempo transcurrido, todavía no se comprende a plenitud el complejo mecanismo que interviene en que un varón logre la erección.
Fisiológicamente, todo varón cuenta con dos válvulas que permiten que la sangre "entre" o "salga". Durante la excitación sexual, las válvulas de entrada permiten el ingreso de sangre al cuerpo cavernoso del pene, a la vez que presionan para que las válvulas de salida se cierren, aunque no totalmente, permitiendo así un flujo constante de sangre. Todo un diseño maravilloso por cierto. Así, con una mayor volumen de sangre ingresando que el que sale, el miembro viril se mantiene rígido. La erección persistirá en tanto se conserve el equilibrio entre la entrada y la salida de sangre. Pero, si tan sólo uno de los vasos sanguíneos se halla parcialmente obstruído, de producirse la erección no será plena o lo suficientemente duradera.
Todo el mundo sabe ahora que el fumar por largo tiempo afecta el sistema circulatorio. De hecho, en casi todo análisis de fumadores se encuentra que nueve de cada diez de ellos presentan obstrucciones en los vasos sanguíneos. ¿Sería extraño que afecten también al pene? Diversos análisis han establecido que uno de cada cuatro fumadores presentan problemas de erección de algún tipo, mientras las mismas afecciones se hallaban en uno de cada doce de los no fumadores. Toda una revelación: La correlación entre el tabaquismo y el deterioro de la circulación peneal quedó demostrada en un 90%.
Pero hay más. Aun cuando finalmente se produzca una erección, esta deviene en un período más tardía entre los fumadores que entre los no fumadores. Los hombres que fuman cigarrillos con alto contenido de nicotina obtienen (de lograrlo) erecciones más lentas, en comparación con los que fuman cigarrillos más "suaves" (con menor contenido de nicotina). Pero siempre los mejores resultados los obtienen los no fumadores. Poco a poco los fumadores van perdiendo su capacidad erectil y su respuesta al estímulo sexual de cualquier tipo se entorpece. ¿Por qué? Sencillamente por que el fumar afecta al principal órgano sexual: el cerebro. Dejar de fumar ha permitido a hombres, que incluso padecían de impotencia crónica por años, recuperar parte de su capacidad erectil. Conforme hhan persistido y con la ayuda psicológica y de otros medios, en unos seis meses la mayoría ha podido reanudar su vida sexual con toda normalidad.
Claro está, que el fumar no es la única causa de ipotencia. Los expertos apunta a otros tres importantes factores: la diabetes, el colesterol sanguíneo elevado y la hipertensión arterial, sólo entre lo que causa la mala circulación sanguínea. Hay otros factores psicológicos también. Pero a diferencia de esas otras causas, a veces de origen genético, dejar de fumar para recuperar la potencia sexual es un asunto básicamente voluntario y de efectos positivos comprobados. El dejar de fumar no sólo puede brindarle mayor satisfacción sexual a usted y su pareja, puede salvarle la vida actual y abrirle la oportunidad de vivir en el prometido nuevo mundo por Dios. No en vano, y sin referirse exclusivamente al tabaco, el apóstol Pablo dijo: "Por lo tanto, amados, dado que tenemos estas promesas, limpiémonos de toda contaminación de la carne y del espíritu" (2 Corintios 7:1). Lo que los científicos vienen descubriendo, la Biblia ya nos lo decía de tiempo atrás.