Se mire donde se mire buena parte de las series o las películas que se programan en la 'pequeña pantalla' suelen tener escenas eróticas. Y este contenido influye directamente en los pensamientos, comportamientos y expectativas sexuales de los adolescentes. Lo demuestra un estudio elaborado por científicos del Instituto Pacífico de Investigación y Evaluación de EEUU.
El trabajo, publicado en 'Media Psychology', ha sido dirigido por Deborah Fisher y ha contado con la participación de 1.012 adolescentes de entre 12 a 16 años. "Pocos estudios han examinado la influencia de la exposición a contenido sexual televisivo en la sexualidad del adolescente o cómo la intervención de los padres puede reducir los efectos negativos de la visión de dicho contenido. Este estudio investiga las relaciones entre la exposición a una programación sexual sugerente, las estrategias de mediación parental, y tres tipos de resultados: la participación del adolescente en el sexo oral, las relaciones íntimas sexuales y las futuras intenciones de participar en ellas", introducen los autores en su estudio.
Durante las últimas tres décadas, se ha acumulado mucha literatura científica sobre las posibles influencias negativas del contenido sexual televisivo en los menores. Sin embargo, existen pocos trabajos que valoren la eficacia de las estrategias de los padres para intervenir en el contenido televisivo que sus hijos se ven. "Esta puede ser activa o instructiva (hablar con los niños acerca de la 'pequeña pantalla', restrictiva (establecer normas y límites) o compartida (verla con ellos)", aclaran.
En la investigación los participantes documentaron el número de horas a la semana que pasaban delante de la televisión y la frecuencia con la que veían programas con contenido sexual. Además, se indagó en control televisivo que ejercían los padres, y en el comportamiento sexual de los hijos.
Intenciones futuras
Los datos revelan que tal y como "se ha demostrado en estudios anteriores, la exposición al contenido sexual en la adolescencia se relaciona con una mayor probabilidad de haber tenido sexo oral y coito vaginal, con más intención de participar en relaciones íntimas en el futuro y una menor probabilidad de percibir que las relaciones sexuales pueden acarrear consecuencias negativas o problemas de salud. Todos estos efectos se mantuvieron tras tener en cuenta otros factores (edad, sexo, origen étnico...) que pudieran alterar los resultados", documenta el equipo de la doctora Fisher.
Es importante destacar que "la mediación de los padres es decisiva a la hora de luchar contra los efectos negativos de la tele. En particular, la imposición de límites al contenido visualizado y al tiempo de exposición se relacionó con una menor probabilidad de que el hijo o hija hubiera mantenido sexo oral o relaciones sexuales completas. Del mismo modo, la mediación restrictiva se asoció negativamente con intenciones para participar en el coito vaginal en el futuro".
Para Carlos de la Cruz Martín-Romo, sexólogo y psicólogo, "la 'tele' y los padres no son los únicos que educan a los adolescentes. La escuela, los medios de comunicación o los compañeros, también ejercen su influencia en los chicos y chicas. Por este motivo, en la iniciación en las relaciones sexuales entran en juego muchos otros factores, además de la mediación paterna".
Tipos de mediación
Cuando los padres discutían con sus vástagos el contenido sexual de las series, los menores tenían menos posibilidades de "querer practicar sexo en el futuro", documentan los científicos estadounidenses.
Para sus autores, es importante destacar que cuando "un programa proporciona material educativo, el hecho de que la televisión se vea en familia aumenta la efectividad del mensaje. Un ejemplo, los espectadores adolescentes de un episodio de 'Friends', que mostraba un embarazo no deseado, y visualizaron el capítulo con sus progenitores tenían una tendencia mayor a cambiar sus creencias acerca de la eficacia del preservativo como medida de protección".
Para el psicólogo español, "tan importante es lo que se habla de sexo con los hijos, como la forma de hacerlo. Es necesario que en las conversaciones el sexo no se lleve al terreno de lo prohibido, sino al de lo íntimo. Al igual que es trascendental explicar a los menores la necesidad de utilizar métodos anticonceptivos para evitar enfermedades de transmisión sexual y embarazados no deseados".
El experto español insiste en que hoy en día "la mayoría de series y películas contienen escenas eróticas y entra dentro de lo normal que un chico a partir de los 12 ó 13 años visualice alguna de ellas. De lo que se trata es de establecer criterios razonables para lo que se puede ver y lo que no y explicarlos racionalmente".
Aunque el objetivo último, según sus palabras, sería que "los chicos y chicas aprendan a ver las películas y a discernir qué es realidad y qué es ficción y que entiendan el tipo de escenas que ven".
En este sentido, la directora del ensayo Deborah Fisher, reconoce a ELMUNDO.es que "los mensajes que envían los padres a sus hijos a través del comportamiento y de las conversaciones activas tienen un efecto. Para ser más eficaz, las conversaciones con los jóvenes debe empezar cuando menores y continuar en la edad de una forma apropiada a medida que los niños se hacen mayores".
Insiste la experta en que "cuando se presenta una escena de sexo en la televisión, los padres a menudo se exaltan y transmiten las consecuencias negativas. Estas reacciones pueden dar lugar a expectativas irreales sobre el sexo de jóvenes y sus posibles consecuencias".
La doctora Fisher cree "para los jóvenes sin experiencia sexual, las representaciones de sexo en la tele son más propensas a tener influencias negativas cuando exageran los resultados positivos y minimizan u omiten los mensajes sobre los riesgos potenciales, las precauciones y la responsabilidad. Estas representaciones no realistas pueden dar lugar a actitudes e intenciones que promueven la adopción de comportamientos de riesgos. Otras condiciones de la preocupación respecto a la juventud y la visualización de contenido sexual el contenido sexual con violencia y/o/ el contenido denigrante hacia un grupo en particular (como algunos juegos de video retratos 'de las mujeres como prostitutas".
Las formas de utilizar un contenido sexual televisado para crear efectos positivos, según la experta, son las historias "de ficción que proporcionan las representaciones más realistas y pro-sociales de las situaciones sexuales, tales como retratos de personajes que toman las precauciones sexuales y lidian con las consecuencias negativas de las malas decisiones".
(Tomado del artículo publicado en ElMundo.es, el 24 de abril de 2012)