La calidad del esperma de los hombres en Finlandia se ha deteriorado significativamente, mientras que las tasas de cáncer testicular se han incrementado, revela una nueva investigación.
Los científicos creen que los factores medioambientales, en particular la exposición a sustancias químicas industriales, podrían estar detrás de ambos problemas.
Estudios previos habían demostrado que los hombres de este país tenían uno de los conteos de espermatozoides más altos del mundo.
Pero entonces no se logró establecer si esto se debía a su genética o a que estaban expuestos a menos productos químicos tóxicos.
Ahora los hombres finlandeses están también siguiendo el "preocupante" incremento en cáncer testicular que se está viendo en los países de Europa y América.
La nueva investigación, publicada en International Journal of Andrology (Revista Internacional de Andrología) revela ahora una tendencia contraria.
El estudio, llevado a cabo por científicos de la Universidad de Turku, analizó a hombres nacidos entre 1979 y 1987.
Todos habían cumplido 19 años entre 1998 y 2006.
Los investigadores encontraron que los nacidos a fines de los 1980 tenían conteos de espermatozoides más bajos que los nacidos al comienzo de esa década.
Los conteos totales de esperma eran de 227 millones para los hombres nacidos entre 1979-81, 202 millones en los nacidos entre 1982-83 y 165 millones para los hombres nacidos en 1987.
Según los investigadores "menos del 10% del esperma era estructuralmente normal y el número de esperma morfológicamente normal disminuyó de 18 a 11 millones".
Además, se observó una incidencia más alta de cáncer testicular en los hombres nacidos cerca de la década de1980, comparada con las tasas de los nacidos cerca de los los años '50.
Sustancias "peligrosas"
Los científicos no saben por qué están ocurriendo estas dos tendencias de forma simultánea, pero creen que los cambios tan rápidos que han ocurrido se deben a razones ambientales.
Este efecto intergeneracional es muy difícil de estudiar, pero está claro que es necesario llevar a cabo más estudios para identificar los compuestos peligrosos y tratar de retirarlos del ambiente para proteger a futuras generaciones
Dr. Allan Pacey
"Estas tendencias simultáneas y que están ocurriendo rápidamente sugieren que las causas subyacentes son ambientales y, por lo tanto, pueden prevenirse", expresa el profesor Jorma Toppari, quien dirigió la investigación.
"Estos resultados muestran que es necesario llevar a cabo más esfuerzos para identificar las razones de estas tendencias adversas en la salud reproductiva y poder establecer medidas preventivas", señala el investigador.
Una teoría, dice el científico, es que sustancias químicas tóxicas podrían estar perturbando el sistema endocrino de los bebés varones en desarrollo.
Por su parte, el doctor Allan Pacey, profesor de andrología de la Universidad de Sheffield, Inglaterra, afirma que "desde hace tiempo los científicos han estado preocupados por la posibilidad de que los hombres jóvenes están produciendo menos espermatozoides que los que producían sus padres y sus abuelos".
"Pero los métodos que se usan ahora para medir el conteo de espermatozoides han cambiado significativamente con el tiempo y no siempre han sido confiables".
Según el doctor Pacey, este estudio utilizó métodos "muy sólidos" de laboratorio.
"El hecho de que el conteo de espermatozoides haya caído tan rápidamente y que esté reflejando un incremento en la incidencia de cáncer testicular en Finlandia, sugiere que el efecto es probablemente medioambiental".
El experto agrega que "la mejor teoría que tenemos para explicar por qué el conteo de espermatozoides está disminuyendo es que los compuestos químicos en los alimentos o el ambiente están afectando el desarrollo de los testículos de los niños en el útero o en sus primeros años de vida".
"Sin embargo, el efecto en su producción de espermatozoides sólo se hace aparente cuando atraviesan la pubertad y eventualmente intentan convertirse en papás".
"Este efecto intergeneracional es muy difícil de estudiar, pero está claro que es necesario llevar a cabo más estudios para identificar los compuestos peligrosos y tratar de retirarlos del ambiente para proteger a futuras generaciones", expresa el experto.