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martes, 8 de noviembre de 2011

La bases de la cultura europea (IV)

Por Joseph Mac Lean

El siglo XVIII supuso el inicio de la Era Moderna, y fueron dos corrientes que contribuyeron a ello:

- El nuevo sistema político imperante en Inglaterra, con su monarquía constitucional, inspira a los intelectuales franceses a gestar su propia revolución.

- El absolutismo francés, ruso, y prusiano, que agobia a sus súbditos.

Era sólo natural que la rivalidad entre Francia e Inglaterra les llevara a una guerra, conocida como de los Siete Años, en la cual Prusia e Inglaterra combaten a la alianza de Rusia, Francia y Austria. Cuando esa guerra termina en 1763, están echadas las bases de la nueva Europa, incluida la aparición de una nueva potencia mundial: los Estados Unidos de América.

La Ilustración francesa

En la Francia del siglo XVII hicieron su aparición una serie de pensadores, llamados philosophes, entre ellos D'Alambert, Diderot, Holbach, Helvétius y el más grande de todos, Voltaire. Estos intelectuales le declararon la guerra a las tradiciones, mitos y supersticiones, y consideraban a la Iglesia como representante del oscurantismo, y para ellos el cristianismo (el que imperaba en Europa muchas veces fraccionado) era un absurdo.

Desde París, en especial, los editores compilaban y publicaban la famosa Enciclopedie. Con la colaboración de Jean D'Alambert, Diderot produjo un extraordinario Diccionario Enciclopédico, un monumento a la historia de la memoria, una ciencia para la filosofía, una teología para la razón, una literatura para la imaginación., todo integrado por una idea fija: la religión natural que emanan de la naturaleza.

Conforme se iban publicando los volúmenes uno al tres, la crítica irracional no se hizo esperar. Sólo la protección de Madame Pompadour, a la sazón amante del rey francés, pudo permitirle a Diderot la continuación de tan monumental obra. La revolución del saber estaba asegurada, tanto así que Voltaire se encarga de la letra E, y produce tres artículos maestros: Elegancia, Elocuencia y Espíritu. La Iglesia y la corte estaban indignados, y la obra fue proscrita una y otra vez. El último volumen aparece en 1765, y contrario al propósito al motivo original, la Enciclopedia reemplazó a la Biblia en muchos hogares., constituyéndose así en un monumento de la Ilustración. El viejo orden en Europa había iniciado su declive y se preparaba la Revolución.

La Vieja Europa no se quedó con los brazos cruzados, pues de inmediato reaccionaron con un Despotismo Ilustrado. En Polonia, Rusia, Suecia y Prusia una sucesión de reyes y emperadores modernizaron el país sólo cultural y económicamente, pero conservaron el poder político de manera férrea. De está época, surgen figuras como Juan III Sobienski y Augusto II El Fuerte en Polonia, Pedro I El Grande y Catalina la Grande en Rusia, Carlos XII de Suecia y Pedro I el Grande y Federico I de Prusia.

Surge Inglaterra como potencia mundial

Por otra parte, Inglaterra estaba decidida a confirmar su poderío y decide entonces luchar contra Francia. Mientras la derrotaba vez tras vez en el continente, comenzó a asfixiar el comercio francés. Le arrebató a Francia Dakar, en África, convirtiéndola en el puerto base para su propio comercio de caucho y esclavos. En Canadá se apoderó de Montreal y Quebec, dando impulso a la pesca y el comercio de pieles. Y la jugada maestra fue la apropiación de la India. También se adueñaron del comercio del té de la China.

La eliminación de Francia de la escena mundial supuso la raíz de la protección de las siete colonias en Norteamérica. Eliminada la amenaza gala, ya no era necesaria la presencia de tropas inglesas en suelo americano. En 1776, sólo trece años después de la victoria de Inglaterra, las trece colonias americanas declararon su independencia, que requirió una guerra de siete años (1776-1783), trece años antes de la Revolución Francesa.

La Revolución Industrial

Los nuevos dominios de Inglaterra impulsaron la economía y prepararon el camino a la revolución Industrial. En 1765, James Watt inventa la máquina de vapor y así se crearon las fábricas ya que, a diferencia de la electricidad que podía distribuirse por doquier, el vapor debe concentrarse en un sólo lugar. La reunión de grandes mercados, inacabables capitales y la concentración de la fuerza laboral dieron inicio al capitalismo: Todo vale con tal de obtener la mayor ganancia posible.

Esta nueva concepción de los asuntos conlleva a la vez una nueva valoración del ser humano, que ahora sólo posee valor económico. Hasta los niños son puestos a trabajar, algunos hasta la extenuación y la muerte temprana. Una nueva división en clases sociales introducidas arbitriaramente por los hombres se vuelve problemática y las tensiones no se hacen esperar. El escenario de la revolución en Europa estaba listo.

La Revolución Francesa

A fines del siglo XVIII, la Iglesia aún conservaba un tercio de la tierra y no pagaba impuestos, al igual que la nobleza. Luis XVI, el rey majadero, personifica el absolutismo. Agobiado por el fantasma de la bancarrota, el rey convoca a la Asamblea Nacional. Se presentan diversas agrupaciones, llamadas clubes, siendo el más importante el Club bretón, cuyos más destacados miembros eran el abad Sieyés, el conde de Mirabeau, George Danton y el seco abogado Robespierre, quienes le darían curso a la posterior Revolución.

Para el 14 de julio de 1789, la situación era tensa en extremo. Tras unos confusos momentos, la masa se impacientó, y a pesar de caer bajo las balas de la soldadesca por cientos, lograron tomar la Bastilla dando inicio a la Revolución Francesa. Esto atrajo la atención de la prensa y la revolución se disperó por toda Francia. El 27 de agosto de 1789 la Asamblea Nacional adooptó el texto de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, propuesto por Lafayette.

Una época tumultuosa en la que rodaron muchas cabezas, incluso de algunos destacados revolucionarios. Prusia y Austria formaron una alianza para lograr la restitución del rey en el poder. Bajo el influjo de una marcha, La Marsellesa, se celebra en París la revolución, apresando al rey y su familia con el fin de defender la revolución contra la amenaza exterior. Se extreman las medidas anticlericales, prohibiéndose incluso llevar los hábitos en público. Cuando el duque de Brunswick se acercaba a París, Marat ordena la ejecución de todos los antirrevolucionarios, en una masacre que duró cinco días, de la que no escaparon sacerdotes, nobles, locos, mujeres jóvenes y atodos los que encontraron. El 20 de stiembre de 1790, los frranceses detienen a las fuerzas invasoras. Goethe, que estuvo presente en la batalla diría lugos: "Aquí y ahora comienza una nueva etapa de la historia universal". El 16 de enero de 1793, la Convención aprobó por mayoría la ejecución del rey Luis XVI. El día 21 del mismo mes, el rey subía al cadalso.

Contrario a lo que se podía esperar, la masa revolucionario cayó en una profunda depresión al ver rodar la cabeza de su principal chivo expiatorio. "¿Y ahora qué?" parecían decirse unos a otros. Los problemas para Francia no habían terminado aún. Se instauró un Régimen de Terror, más como una reacción a la amenaza exterior y en busca de una radicalización de la recolución en el interior. Con la muerte de Robespierre, el inspirador del Terror, el 27 de julio de 1794, la revolución vuelve a torcer a la derecha, en manos de la burguesía. La Convención redacta una nueva Constitución, se vuelve a permitir la religión y ordena a un joven militar que aplastase a los leales a la monarquía, lo que hace con gran pericia y rapidez. Había surgido una nueva figura: Napoleón Buonaparte.