Me quedan sólo tus fotografías
y los recuerdos de todo lo vivido,
de tantas veces que en mis brazos
morías de éxtasis, de tu amor negado.
Hoy te arrepientes, de tu entrega;
pero es mi deber, y lo siento si te apena
recordarte que en todas ellas,
fuiste tú quién las buscabas.
Hoy quieres parar, y te comprendo,
pues lo que empieza mal, mal acaba.
Otro final hubiese preferido,
ni modo si te pesa lo vivido.
Sé que lamentarás haberte ido,
y que sufrirás recordando,
tal vez ansiando un retorno
que no te lo niego, eso es seguro.