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sábado, 28 de abril de 2012

Casos y cosas de la lengua española (abril 2012)

catana: "En nuestra habla popular [peruana] significa 'paliza colectiva propinada a una persona'; viene del japonés katana 'espada' que en el Asia se aplicó a diversas armas blancas. Catana se usa en catellano desde el siglo XVII, pero hoy, olvidada en España, se conserva en algunos países de Sudamérica y en Cuba. De catana se ha derivado el verbo catanear 'dar una paliza entre varios', verbo que -como catana-tiene también usos figurados". (Tomado de "1000 palabras y frases peruanas" de Martha Hildebrandt)

estar en blanca: La expresión estar sin blanca viene de la palabra blanca, que en tiempos de Felipe II de España era una moneda de poco valor. Por lo tanto, estar sin blanca es no tener nada de dinero. [No confundir con estar en blanco, que puede significar que por el momento su mente no está lúcida, desconoce algún dato o tema -o no le viene a la memoria aunque lo sabe, o sencillamente lo ha olvidado por completo]

luna de miel: Hay muchas versiones del origen de esta expresión. Estas no se contradicen y ocurren en diferentes tiempos y lugares. Yo digo pa' que pelearnos. Todas son válidas:
En Babilonia, hace más de 4000 años, el padre de la novia proveía al novio toda la cerveza de miel que podría beber en un mes (una luna). Me imagino que esto era necesario sobre todo si la hija era fea :-)

En los tiempos romanos, la madre de la novia dejaba una vasija conteniendo miel cada noche en la alcoba nupcial, a disposición de los recién casados. Esta costumbre perduraba toda una luna y demostraba el alto aprecio que la madre tenía por ella. Hummm no se.. yo prefiero aceite... La miel es muy pegajosa. :-)

Era la costumbre de los Teutones (Alemania) tomar aguamiel fermentada por un mes después de casarse. Dicen que esta bebida tiene poderes afrodisíacos.... Bueno, como cualquier bebida alcohólica. En mi caso usamos champañita :-)

Una leyenda cuenta que el hombre raptaba a la mujer y la ocultaba de los familiares por un ciclo lunar. Durante este período tomaban miel y vino.

Raúl Bigordá dice que esta expresión proviene de un proverbio árabe con relación al matrimonio. Ellos contaban el tiempo en lunas que parafraseando sería "Mes de Mieles" y dice: "En el matrimonio la primera luna es de miel y las siguientes son de hiel".

Otros dicen que esta frase es más reciente, y que obviamente significa que las primeras noches de recién casados son románticas (por la luna) y dulces (por la miel).

marca chancho: La expresión "Marca Chancho" se refiere a una marca conocida por su mala calidad, o a una marca desconocida y por lo tanto de dudosa calidad. La palabra "chancho" es sinónimo de puerco, lo cual metaforiza a un producto "cochino" o manufacturado sin atención a los detalles.



mesa redonda: La expresión Mesa Redonda viene del mito de Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda. En la Edad Media, cada reino constituía en una familia. Cuando se sentaban a cenar, el padre (rey) se sentaba a la cabecera de la mesa, luego su hijo mayor a la derecha. Así cada miembro de la familia tenía un asiento de acuerdo a su rango. El más pequeño o debil se sentaba al final. Cuenta la leyenda, que el Rey Arturo construyó una mesa redonda, pues no tenia cabecera ni lados. Así todos los caballeros tenían el mismo rango.

poner la mano en el fuego: La expresión "poner la mano en el fuego" (por alguien) significa ser capaz de empeñar la palabra, lo que se tiene y hasta la integridad física por garantizar incondicionalmente a otro, afirmar que confiamos tanto en esa persona que arriesgaríamos cualquier cosa por garantizar su fiabilidad.

Las "pruebas del fuego" fueron en la Edad Media un medio (bastante brutal) de hacer demostrar a alguien su inocencia (si pasaba la prueba del fuego sin abrasarse es que la providencia divina lo protegía y era inocente o decía la verdad, argumento incluso empleado por la Inquisición: si un hereje era inocente, las llamas de la hoguera en que iba a ser quemado no le dañarían. Pero la expresión de poner la mano en el fuego tiene un origen más concreto.

Cuando los romanos, hacia el año 510 a.C. expulsaron al último de sus reyes, Tarquinio el Soberbio, por ser un tirano odioso, eliminaron la monarquía y empezaron a gestar el sistema republicano. Pero Tarquinio, que era etrusco, buscó ayuda en ese pueblo para recuperar su trono. Logró el apoyo del larte Porsenna. Los etruscos llamaban "lartes" tanto a sus reyes, como a caudillos de armas poderosos. Y Porsenna plantó su campamento en la colina del Janículo, y sitió Roma, que, parapetada en sus murallas al otro lado del río Tíber, resistió sin tregua. Distintos episodios se sucedieron pero al final la situación de Roma era desesperada por la carencia de alimentos.

Un joven llamado Mucio, viendo morir de hambre a sus conciudadanos, se presentó ante el senado y se ofreció para infiltrarse de noche en el campamento de Porsenna, disfrazado de etrusco, y asesinarle, pidiendo el permiso de los senadores para ello, afirmando que muerto el larte los etruscos descabezados se retirarían. El senado lo tomó por loco, pero como los senadores no tenían tampoco solución a una situación desesperada, al final, empeñándose el joven, le dieron permiso para hacer lo que quisiera, pensando que no volverían a verle. Mucio salió de noche de las murallas, cruzó a nado el río en la oscuridad, se disfrazó de soldado etrusco y se infiltró en el campamento. Logró entrar en una tienda donde había un personaje ricamente ataviado, sacó un puñal y lo apuñaló. Enseguida fue apresado, pero en realidad había matado a un escriba, dignatario de Porsenna. Los soldados lo llevaron ante Porsenna para ser interrogado y condenado. Porsenna decidió que fuera interrogado mediante torturas, a hierro y a fuego. Entonces Mucio tomó la palabra y dijo al rey: "Soy ciudadano romano y me llamo Gayo Mucio. Soy tu enemigo y sólo quise matar a un enemigo que nos daña sin lograr ventaja propia. Puedes torturarme, abrasarme y matarme, y no temo al fuego ni a la muerte, pues tú vas a morir. Pues en Roma somos trescientos los jóvenes conjurados, adiestrados para afrontar el fuego y la muerte, y para nosotros el más alto honor es matarte. Después de mí vendrán trescientos, uno tras otro, y siempre habrá un puñal oculto para ti que al final te matará. Igual que yo, ni temerán al fuego ni a la muerte. Mira". Y acercándose a un ara con un fuego encendido, Mucio puso su mano derecha sobre las ascuas y las llamas, y la dejó consumirse sin emitir un solo gemido.

El rey contempló la escena aterrado y admirado, viendo a aquel feroz joven, y creyó que se enfrentaba a un pueblo feroz y terrible, perdonó la vida a aquel joven soltándolo y al poco levantó su campamento y se fue, dejando de ayudar a Tarquinio, de modo que éste también hubo de retirarse.

Los Romanos llamaron a aquel joven "Mucio Escévola" (que quiere decir Mucio "el manco", "el que sólo conserva la izquierda"), le premiaron con campos y honores públicos, y los historiadores romanos narraron repetidamente su legendaria gesta (principalmente Tito Livio).

Su figura fue tan popular que hasta su memoria está presente en algún romance medieval. En el Renacimiento y el Barroco también se exaltó su figura, como símbolo de la lucha sacrificada por la libertad de un pueblo frente a un tirano, y los pintores de la época representaron repetidas veces la escena. Fue también un símbolo del republicanismo. Y esta es la historia que dio pie a la frase, pues fue Mucio Escévola, el que puso voluntariamente su mano en el fuego por todos los jóvenes romanos conjurados, que ni siquiera existían.

poner los puntos sobre las íes: La expresión poner los puntos sobre las íes viene de finales del siglo XVI cuando se empezaron a usar los caracteres góticos. Al principio, dos íes seguidas podían confundirse con una u, por lo tanto se acordó poner un punto sobre cada í para mejor entendimiento. De ahí que poner los puntos sobre las íes signifique esclarecer.

salió humo blanco: Esta expresión que usamos tan a menudo aquí en Chile viene de la misma temática de la etimología conclave, en donde el humo blanco daba por entendido que ya se ha llegado a un acuerdo.